Practicar el desarrollo dirigido por la comunidad

Practicar el desarrollo dirigido por la comunidad

Practicar el desarrollo dirigido por la comunidad

Steve Fisher

A primera vista, el desarrollo dirigido por la comunidad debería ser sencillo. Un grupo de personas con intereses comunes decide un objetivo que quiere alcanzar o un problema que quiere abordar. Consiguen apoyo externo, es decir, conocimientos técnicos, materiales y fondos. Entonces desarrollan un plan para algo que probablemente se llame proyecto. Se ponen en marcha y lo ejecutan.

En el proceso de elaboración de un nuevo curso sobre la práctica del desarrollo dirigido por la comunidad, he estado pensando en lo que hace que el tema sea más complicado en la práctica de lo que podría parecer desde fuera. Un punto de partida es establecer los parámetros. Los ejemplos de proyectos dirigidos por la comunidad se dividen en cuatro categorías:

  1. Mejoras en las infraestructuras locales, como carreteras, suministro de agua o mejores viviendas

  2. Empresas o servicios nuevos o mejorados para subsanar las carencias, por ejemplo, en materia de atención infantil o educación

  3. Iniciativas diseñadas para hacer frente a los problemas que pueda tener la comunidad, como los conflictos o la falta de vivienda

  4. Proyectos para desarrollar habilidades y capacidades locales con fines específicos, como el liderazgo de los jóvenes o la gobernanza de la comunidad.

La base del éxito de los proyectos son los métodos y técnicas, habilidades y aptitudes que definen la práctica del desarrollo dirigido por la comunidad. Aplicados con habilidad y cuidado, permiten alcanzar los objetivos de un proyecto. Pero las comunidades son complejas, por lo que nada es fácil.

En el centro de la mayoría de los proyectos hay un conjunto de relaciones entre la comunidad, una organización ejecutora, algunos contratistas especializados y una agencia gubernamental o un financiador privado (o ambos). Los procesos de toma de decisiones, el poder y la autoridad que se ejercen a través de esas relaciones tienen una profunda influencia en los resultados finales. Esto significa que los acuerdos entre las partes y la forma en que se aplican son fundamentales.

La cuestión de qué personas de la comunidad participan en el proyecto y cómo lo hacen lleva mucho tiempo preocupando a cualquiera que haya trabajado en este campo. Las estrategias que tienen en cuenta las prioridades de los distintos grupos de población dentro de la comunidad, así como las de aquellos ajenos al proyecto que puedan verse afectados por él, son fundamentales para una práctica eficaz. Hay que definir el papel de las mujeres, los hombres, los jóvenes, las personas con discapacidad y los grupos minoritarios dentro de la comunidad, sobre todo cuando se toman decisiones clave.

Todos los proyectos deben ser diseñados. Es decir, requieren que se reúnan las partes de manera que puedan llevarse a cabo. Estos componentes incluyen objetivos claros, un equipo, recursos y conocimientos y un conjunto de actividades definidas y programadas (el trabajo real que se va a realizar).

Del mismo modo, todos los proyectos deben ser gestionados de forma responsable para permitir que el diseño se lleve a cabo. El papel de los datos es fundamental para una gestión eficaz de los proyectos, ya sea para calibrar los avances, para obtener la medida correcta de las necesidades y prioridades de la comunidad o en el seguimiento y evaluación del trabajo. Los procesos de aprendizaje y mejora a través de los datos recogidos también forman parte del panorama general.

Dado que los proyectos dirigidos por la comunidad se ocupan de mejorar la salud, el bienestar, la seguridad, la prosperidad y la felicidad de las personas, las consideraciones de ética y equidad son fundamentales para la práctica del desarrollo dirigido por la comunidad.

A medida que vayamos desarrollando el curso, ofreceré más actualizaciones a través del blog de Community Works.

El bosque y los árboles en facilitación

El bosque y los árboles en facilitación

El término facilitación hace referencia a los métodos y procesos que permiten a las personas colaborar en un tema específico, especialmente donde puede haber complejidad, diferentes perspectivas sobre un tema o incluso disputas y conflicto.

Recientemente fui invitado a preparar una propuesta para una licitación para un rol de liderazgo de un equipo de facilitación para un taller largo y complejo. El cliente pidió respuestas a diferentes escenarios y descripciones sobre cómo se lograrían metas particulares por medio de la facilitación. Un problema ocasional en facilitación es cuando se le da mucha prominencia en el proceso al facilitador, como si fueran algún tipo de orador motivacional. Entonces me gustó la forma en que la licitación se concentraba en los métodos propuestos y la efectividad del proceso, un punto que me llevó a escribir este artículo.

El trabajo de convencer al cliente sobre el valor de enfoques particulares es un ejercicio valioso. Me hizo pensar con más profundidad de lo normal sobre algunos retos de la facilitación, especialmente qué funciona y por qué. Pienso acerca de esto como ver ambas cosas: un bosque y los árboles. Aunque una idea para facilitar una sesión pueda ser sensata y probada, necesitamos tener un sentido claro de por qué la estamos escogiendo. Algunos facilitadores hablan de ‘micro habilidades’, refiriéndose a las cosas que uno hace para ayudar el desarrollo de un proceso, como la forma en que un facilitador empieza la sesión, cómo la escucha activa es fomentada y formas de manejar las diferencias en el nivel de participación. Estas habilidades son usadas para responder a lo que realmente está sucediendo en un momento particular en el proceso.

Necesitamos combinar estas micro habilidades con un conjunto más amplio de aspectos fundamentales para hacer el proceso efectivo. Aquí hay algunos ejemplos:

Logrando el ambiente adecuado

Los grupos que participan en un proceso por lo general son diversos y las personas pueden estar en un escenario al que no están acostumbrados. Entonces deben sentirse bienvenidos y cómodos más que sentir que están siendo empujados a lograr la ejecución de un programa. La importancia de establecer un ambiente y tono adecuado para el proceso, desde el comienzo, por lo general es desestimada. La primera sesión de cada día, especialmente durante el primer día, debería ser animada y acogedora para que la gente se sienta involucrada desde el principio. Aún más importante, debería explicar el propósito de las sesiones del día y cómo se planea lograr los resultados. El tono debería ser uno de ‘productividad relajada’.

Lenguaje directo

 Un error muy común en la facilitación es cuando el facilitador siente que él o ella tiene que ‘actuar’, queriendo decir que interviene demasiado, domina los procedimientos o sobre-elabora lo que dice. Esto es mucho mejor para un facilitador economizar sus contribuciones, proveyendo información usando un lenguaje plano. Explicando los ejercicios de forma visual y escribiendo palabras y frases clave en un tablero siempre es una aproximación útil.

Inclusión

Los participantes tienen diferentes expectativas sobre un taller. Algunos querrán hacer preguntas y comentarios más que otros. Un principio clave es encontrar la forma en que todos contribuyan en formas que les convenga. Por ejemplo, si la gente está nerviosa sobre hablar en inglés, entonces algunas sesiones podrían ser más efectivas si se invita a hacer contribuciones en tarjetas o visualmente en una cartelera. Algunas veces los participantes pueden sentirse como receptores pasivos de un plan desarrollado en privado por alguien más. En cambio, el pensamiento que subyace cada día y los métodos propuestos deberían ser explicados por el facilitador. Traer a la gente a lo largo del proceso e invitar la retroalimentación de los participantes hace que sea una empresa más abierta, inclusiva y compartida.

Definiendo el nivel adecuado de tiempo activo

He oído la queja ‘Yo hasta ahora estaba empezando a pensar en el tema y el facilitador nos tenía corriendo como gallinas’. Este es un comentario razonable y apunta a la necesidad de lograr un juicio cuidadoso sobre el balance en el proceso entre las actividades prácticas y el tiempo de escucha. Las personas por lo general quieren ser activas, para que el programa los motive a moverse y hacer ejercicios grupales. La mayoría de participantes solo quieren escuchar la misma voz hablando por periodos cortos de tiempo antes de que el siguiente componente del programa comience. Pero aún ahí debe haber tiempo para la reflexión. Lograr el balance adecuado es crítico para asegurar que los participantes estén del todo involucrados, motivados y retados.

En Community Works, recientemente hemos desarrollado algunos métodos y técnicas nuevas para usar en talleres intensivos para promotores de salud Aborígenes y mediante la enseñanza que hemos estado dando sobre resolución de conflictos en la Universidad de James Cook. Compartiré esos métodos y el aprendizaje derivado de ellos en un artículo futuro.

Lenguaje directo

Un error muy común en la facilitación es cuando el facilitador siente que él o ella tiene que ‘actuar’, queriendo decir que interviene demasiado, domina los procedimientos o sobre-elabora lo que dice. Esto es mucho mejor para un facilitador economizar sus contribuciones, proveyendo información usando un lenguaje plano. Explicando los ejercicios de forma visual y escribiendo palabras y frases clave en un tablero siempre es una aproximación útil.

Inclusión

Los participantes tienen diferentes expectativas sobre un taller. Algunos querrán hacer preguntas y comentarios más que otros. Un principio clave es encontrar la forma en que todos contribuyan en formas que les convenga. Por ejemplo, si la gente está nerviosa sobre hablar en inglés, entonces algunas sesiones podrían ser más efectivas si se invita a hacer contribuciones en tarjetas o visualmente en una cartelera. Algunas veces los participantes pueden sentirse como receptores pasivos de un plan desarrollado en privado por alguien más. En cambio, el pensamiento que subyace cada día y los métodos propuestos deberían ser explicados por el facilitador. Traer a la gente a lo largo del proceso e invitar la retroalimentación de los participantes hace que sea una empresa más abierta, inclusiva y compartida.

Definiendo el nivel adecuado de tiempo activo

He oído la queja ‘Yo hasta ahora estaba empezando a pensar en el tema y el facilitador nos tenía corriendo como gallinas’. Este es un comentario razonable y apunta a la necesidad de lograr un juicio cuidadoso sobre el balance en el proceso entre las actividades prácticas y el tiempo de escucha. Las personas por lo general quieren ser activas, para que el programa los motive a moverse y hacer ejercicios grupales. La mayoría de participantes solo quieren escuchar la misma voz hablando por periodos cortos de tiempo antes de que el siguiente componente del programa comience. Pero aún ahí debe haber tiempo para la reflexión. Lograr el balance adecuado es crítico para asegurar que los participantes estén del todo involucrados, motivados y retados.

 

En Community Works, recientemente hemos desarrollado algunos métodos y técnicas nuevas para usar en talleres intensivos para promotores de salud Aborígenes y mediante la enseñanza que hemos estado dando sobre resolución de conflictos en la Universidad de James Cook. Compartiré esos métodos y el aprendizaje derivado de ellos en un artículo futuro.

Qué es un programa efectivo

Qué es un programa efectivo

Nuestra alianza con Ninti One

Nuestra alianza con Ninti One (www.nintione.com.au) nunca se queda corta en cuanto a trabajos complejos y retadores. Discusiones recientes han estado centradas en el diseño y planeación de programas. Algunos de los temas centrales para nuestro periodo actual de trabajo han sido los marcos para medición de impacto, entrenamiento en temas de gobernanza y cómo lograr un modelo efectivo para apoyar el lanzamiento de programas a lo largo de un área geográfica expandida en Australia remota.

Ha sido interesante reflexionar sobre qué hace que un programa sea efectivo. Basándonos en otros programas manejados por Ninti One y Community Works, hay seis ingredientes que se vienen a la cabeza:

  1. Relaciones productivas, especialmente por medio de invertir en procesos para generar confianza y buenas relaciones o ‘rapport’ con organizaciones comunitarias.
  2. Un modelo de programa que todos entiendan, queriendo decir que las prioridades, formas de trabajar, roles y responsabilidades encajan en una forma que puede no ser perfecta pero que funciona.
  3. Una estrategia que navega las complejidades que existen alrededor de la política, la práctica, las expectativas locales y las necesidades para lograr resultados esperados de una forma que sea costo-efectiva.
  4. Comunicación clara con los actores clave, refiriéndose a aquellas personas que tengan algún interés o que sean afectados por el programa de alguna forma. Esto implica asegurarse que las personas y organizaciones se mantengan informadas, sean consultadas y participen de una manera que sea apropiada para el programa.
  5. Un entendimiento compartido sobre qué es el éxito o cómo debería verse, lo cual es crítico en situaciones en las que haya muchos problemas y en las que los participantes del programa constantemente sientan que no están logrando lo que quieren.
  6. Liderazgo, especialmente en aquellos casos en que las decisiones deban ser hechas con claridad y confianza.

Sí, puede ser cierto que el manejo financiero, rendición de cuentas y otros factores no estén incluidos aquí, pero mi enfoque acá es el aspecto humano de los programas, el cual ha sido central a los programas y proyectos que tengan un foco social.

El trabajo continúa y esperamos seguir contribuyendo a los esfuerzos decididos de Ninti One y otras personas y organizaciones en Australia remota hacia lograr desarrollo social y económico a largo plazo.

Ninti One’s Aboriginal Community Researcher network plays a central role in its programs

Aprendiendo la práctica del desarrollo

Aprendiendo la práctica del desarrollo

El diseño actual del programa de Maestría en Gestión en Desarrollo está en su tercer año y es coordinado por Steve Fisher. El enfoque del programa es la práctica efectiva del desarrollo y es ofrecido durante cinco talleres de un día de duración, cada uno sobre los siguientes temas:

  1. Fundamentos de la Práctica del Desarrollo
  2. Diseño de Proyectos y Estrategia
  3. Movilización de Recursos
  4. Implementación de Proyectos
  5. Efectividad del Desarrollo e Innovación

Ha sido interesante observar qué elementos del programa son los más interesantes y relevantes para los estudiantes. Algunas veces esto puede ser sorprendente, como lo fue el marcado interés en preparar una propuesta para un proyecto imaginario para la organización comunitaria Men’s Shed en Carlton, Melbourne. Usando el esquema que se muestra a continuación, cada uno de los cuatro grupos escribió una sección de la propuesta.

We then read the whole document out as a single description of the need, design implementation and intended outputs and outcomes. This was the final part of a day of learning about the subject of communicating on projects, especially to attract resources for them. It was a strangely uplifting experience. I compiled the final version into a two-page concept paper.

Another part of the program that always proves interesting is on innovation, focussing on four aspects of the subject:

  • Conceptual frameworks (new ways to think). Example: Social inclusion
  • Process improvements (new practice). Example: Participatory impact diagrams/outcome mapping
  • Technical change (new technology). Example: Use of mobiles for development purposes
  • Organisational change (new ways to organise). Example: Social enterprise and social franchising.

Following success with a marketplace approach to learning in an event for over 100 participants on water and sanitation in Melbourne last year, we used the same method for this work. An advantage was that it enabled students to move around between subjects across a one-hour period, learning from and contributing to each. The end results were impressive and I will feature them in a future blog on the subject of innovation.

My appreciation to the excellent and dynamic student group of twenty-four people, representing ten countries. Many thanks also to Maria Rodrigues for her research support and to Ingrid Horton for design work on the program.