Las realidades prácticas del fortalecimiento de las organizaciones comunitarias

Las realidades prácticas del fortalecimiento de las organizaciones comunitarias

Las realidades prácticas

del fortalecimiento de las organizaciones comunitarias

Steve Fisher

Hace muchos años tuve la oportunidad de trabajar con comunidades de habla Quechua en los altos Andes del norte de Perú. En una ocasión formé parte de un equipo que realizaba una evaluación de necesidades para determinar qué programas o servicios podría ofrecer una ONG local.

En una de las primeras comunidades que visitamos, paramos en la calle para hablar con uno de los hombres mayores. Hacía frío y había niebla. Él llevaba un gran sombrero y un poncho grueso. Parecía curtido por el clima. Le preguntamos qué programas existían ya en la comunidad, especialmente apoyados o gestionados por organismos gubernamentales. Su respuesta fue «el estado no llega aquí». Parecía sorprendido de que no lo supiéramos.

Esta experiencia, y muchas otras desde entonces, me han llevado a pensar a menudo en las formas en que se puedan satisfacer mejor las necesidades de desarrollo social si no llega el gobierno, que es la situación para la mayoría de las comunidades de muchos países. Las otras opciones son el sector privado, las organizaciones no gubernamentales o de la sociedad civil o la propia comunidad.

Por supuesto, el Estado podría no ser la mejor opción de todos modos. Durante un proyecto reciente, me enteré de que un solo departamento del Gobierno de Victoria (un estado de Australia) tiene contratos con más de mil ONG, a las que financia para que puedan ofrecer acceso a servicios sociales. Por supuesto, este acuerdo depende de que el gobierno tenga los recursos, el mandato y la responsabilidad de apoyar los servicios de esta manera. Sin presupuestos, las ONG no están en condiciones de mantener los servicios. Y si los usuarios de los servicios no pueden pagar el costo total, el sector privado tampoco puede mantener un servicio viable.

Y así llegamos a las organizaciones locales o comunitarias. Hay muchos ejemplos muy eficaces que son desconocidos más allá de su propia ubicación. Hace dos años, en una zona rural de Colombia, mi colega Carolina y yo visitamos una organización que ofrece servicios de educación y apoyo a niños con discapacidad. Su trabajo se sostiene en gran medida gracias a los voluntarios y a las contribuciones de la población y los negocios locales. Mientras trabajábamos allí, el dueño de una tienda entregó una donación de alimentos y un hotel cercano nos proporcionó alojamiento gratuito.

El equipo de Community Works discute a menudo con las organizaciones comunitarias cómo pueden reforzar su trabajo. Nosotros mismos hemos sido voluntarios, por lo que también tenemos ideas. Enfrentadas a los retos diarios de apoyar a sus participantes, pocas organizaciones tienen tiempo para reflexionar. A veces no saben lo que no saben. Pero si se les da un espacio para pensar en las formas de fortalecer su trabajo, solemos escuchar las mismas preguntas, que comparto a continuación con comentarios sobre los enfoques que han sido eficaces en mi experiencia.

¿Cómo podemos desarrollar nuestra capacidad técnica?

Si tomamos el ejemplo de la salud mental comunitaria y sus innumerables subdivisiones, como la prevención del suicidio y el apoyo a las personas que se sienten solas y aisladas, las organizaciones pueden sentirse a menudo faltas de conocimientos clínicos si no hay un especialista en salud mental formado en el equipo de trabajo. Lo mismo ocurre con una serie de campos que se benefician o requieren conocimientos técnicos especializados, que en el sector social incluyen la atención a las personas mayores, los servicios para discapacitados, el desarrollo de la primera infancia y muchos otros.

Sin sugerir que haya respuestas fáciles a ninguno de estos retos, en una situación en la que se carece de capacidad técnica, una estrategia de desarrollo del sector puede ser una opción que merece la pena. Esto significa que las organizaciones trabajan juntas como grupo y buscan asesores externos para apoyar al sector en su conjunto. Las economías de escala pueden hacer que el apoyo técnico especializado sea más asequible y la perspectiva es más atractiva para los especialistas porque tienen la oportunidad de apoyar una gama más amplia de situaciones. He visto versiones de este enfoque que funcionan bien en la India y Sri Lanka, por ejemplo.

 
¿Cómo podemos innovar?

Las organizaciones suelen tener muchas ideas, pero pocas herramientas para convertir lo que les ha inspirado en un proyecto con objetivos, un plan, hitos, recursos y medios para mantenerse. La introducción de métodos como la teoría del cambio, los modelos lógicos, los marcos conceptuales y una forma estructurada de preparar un documento de diseño puede ser una experiencia que empodera, incluso liberadora, porque ayuda a las organizaciones a cristalizar lo que pueden haber estado hablando durante mucho tiempo.  

Un taller facilitado puede ser una forma muy eficaz de apoyar el proceso de convertir una idea en un proyecto, como he visto en múltiples ocasiones. Nuestra publicación El mosaico de la facilitación, disponible en el sitio web de Community Works, ofrece orientación para que los talleres funcionen.

 
¿Cómo podemos reforzar nuestros procesos de gestión y gobernanza?

La forma en que se toman las decisiones al igual que la forma en que funciona el liderazgo y la gestión, suele estar muy influenciada por las aptitudes de personas con antecedentes o bagajes a menudo diversos. Muchas personas de la localidad que se ofrecen como voluntarios para las organizaciones o son miembros de su junta directiva suelen tener aptitudes sólidas y experiencia, pero de sectores no relacionados con el de la organización a la que prestan apoyo. Una organización de acogida o un hogar de paso pueden tener como miembros de la junta a un agente inmobiliario local y a un abogado, por ejemplo. Esto es útil, pero pueden carecer de conocimientos en el sector social o de desarrollo y no necesariamente sabrán lo que es una buena práctica, fuera de las disciplinas profesionales de las que proceden. Por este motivo, las organizaciones se preocupan a veces por saber si gobiernan y gestionan de acuerdo con lo que podría llamarse una buena práctica del sector social o del desarrollo.

De nuevo, existen herramientas, métodos y principios de buenas prácticas que pueden ayudar. Por ejemplo, recopilar datos sobre la participación y el impacto del trabajo de la organización es esencial en cualquier esfuerzo por conseguir apoyo y financiación. Garantizar la existencia de estrategias para la participación de la comunidad y protocolos para la seguridad cultural son otros pasos importantes. Es esencial basar el trabajo de la organización en investigaciones publicadas y en el conocimiento de un campo de trabajo. Todos estos elementos de refuerzo de la gestión y la gobernanza pueden lograrse buscando apoyo externo o estableciendo redes con otras personas que trabajan en este campo. Un buen ejemplo en Australia es el SNAICC, el Secretariado Nacional de Atención a la Infancia Aborigen e Isleña, y la Alianza Nacional de Salud Rural, que organizan conferencias nacionales que son un hito para muchas organizaciones y su personal.

¿Cómo podemos atraer financiación?

Muchas organizaciones comunitarias no cumplen las condiciones necesarias para la financiación filantrópica. Pueden carecer de una junta directiva, una estrategia, un registro adecuado o una constitución. E incluso si las cumplen, es posible que no dispongan de los conocimientos necesarios para preparar una solicitud de financiación convincente. También hemos visto situaciones en las que las organizaciones tienen dificultades para encontrar tiempo para responder a las consultas y requerimientos de los financiadores interesados, siendo esta una de las limitaciones de su capacidad de gestión.

Es demasiado fácil sugerir aquí que la formación es la respuesta, pero la formación más un periodo de apoyo y asesoramiento durante unos meses o más puede suponer una enorme diferencia en la capacidad de una organización para contar la historia de su trabajo de una manera que sea competitiva a la hora de solicitar financiación. De nuevo, lo hemos comprobado por nosotros mismos.

Para concluir, este artículo parte de la creencia en el valor y el impacto positivo de las iniciativas dirigidas por la comunidad en el desarrollo social. Aunque sus logros son inconmensurables, no cabe duda de que se puede hacer mucho más cuando las organizaciones son capaces de crecer y fortalecerse. Cómo desarrollar mejores estrategias para fortalecer las organizaciones comunitarias es un tema que merece mucha más atención.

Ingredientes clave para una investigación comunitaria eficaz

Ingredientes clave para una investigación comunitaria eficaz

Ingredientes clave para una investigación comunitaria eficaz

Steve Fisher

Recientemente hemos tenido una experiencia positiva al trabajar con dos grupos comunitarios para diseñar y realizar investigaciones sobre temas que consideran importantes. Ambos proyectos de investigación fueron gestionados por Ninti One y nosotros contribuimos al trabajo como su aliado. Salí de cada proyecto pensando que las razones por las que los proyectos salieron bien merecían ser reflexionadas y escritas, lo cual es el propósito de este artículo.

Por investigación basada en la comunidad, me refiero a cualquier proceso que trabaje con la población local para llevar a cabo la investigación. Hay ejemplos en las páginas de proyectos y publicaciones de este sitio web. En uno de los proyectos que inspiraron este artículo, el objetivo del grupo era conocer la opinión del resto de la comunidad sobre un programa de educación cultural que su organización había estado llevando a cabo y también una iniciativa para mejorar las oportunidades de empleo locales. La comunidad está situada en el Territorio del Norte. En un segundo proyecto, formamos a un grupo de jóvenes para que realizaran una investigación sobre las prioridades de la juventud en una ciudad de Australia Occidental. El objetivo era que, a través de la investigación, defendieran la necesidad de que el gobierno invirtiera en determinados servicios e instalaciones para satisfacer las necesidades de los jóvenes.

Para ambos proyectos, trabajamos a través de un proceso de investigación estándar que tenía los siguientes pasos:

  1. Objetivos – Definir el propósito de la investigación y lo que se pretende conseguir
  2. Diseño – Identificar la información que necesitamos recolectar, elegir el método de investigación (como encuestas o grupos focales) y definir la muestra (con quién y con cuántas personas hablaremos)
  3. Recolección de datos – Normalmente a través de pequeños equipos de investigación.
  4. Análisis de los datos – Determinar qué nos dice la información que hemos recolectado.
  5. Presentación – Preparar diagramas y gráficos que interpreten y presenten los resultados de la investigación.

En ambos casos, los resultados obtenidos y la reacción de las comunidades fueron muy positivos. Entonces, ¿cuáles fueron los ingredientes clave que condujeron a una investigación comunitaria eficaz en estos ejemplos? La siguiente ilustración es un resumen.

Voy a explicar estos cuatro puntos. Algunas personas pueden trabajar mejor como investigadores solitarios, pero la investigación basada en la comunidad realmente requiere un enfoque de equipo. Por lo general, hemos trabajado con un mínimo de seis personas locales y hasta con unas veinte. La gente se siente más segura cuando hace algo nuevo como parte de un equipo. Puede ser divertido, especialmente cuando la gente comparte su sentido del humor.

Al iniciar el trabajo, hemos notado que dejar hasta un día para sentarse con la gente en un lugar cómodo y hacer algunos preparativos funciona muy bien.  Puede ser útil mostrar algunas diapositivas, especialmente cuando se pueden compartir y explicar ejemplos de investigaciones de otras comunidades. Pero el papel de rotafolio, las pizarras o tableros, y los marcadores son igualmente importantes. Anotar los cinco pasos anteriores, explicar cómo funcionan y luego pedir a la gente sus sugerencias, es un proceso de preparación participativa que a menudo saca lo mejor del equipo, dado que conocen bien la comunidad. Por ejemplo, puede ser importante preguntar:

  • ¿Qué queremos conseguir exactamente con la investigación?
  • ¿Cómo podemos explicar en qué consiste la investigación a las personas que están dispuestas a participar?
  • ¿Con quién debemos hablar?
  • ¿Qué métodos debemos utilizar?
  • ¿Cuál es la mejor manera de formular las preguntas? ¿Qué palabras y frases le resultarán más fáciles de entender a la gente?
  • ¿Cómo debemos registrar las respuestas de la gente?

Puede parecer obvio incluir este punto, pero muchas personas de las comunidades son invitadas a reuniones cuyo propósito no les queda claro. Debemos asegurarnos de evitar este problema al planificar la investigación basada en la comunidad. De lo contrario, es comprensible que el nivel de energía e interés del equipo disminuya. Merece la pena escribir un propósito u objetivo claro en un papel para pegarlo en la pared y luego referirse a él con regularidad como aquello que todos acordaron frente a la pregunta del primer punto de este listado.

El último ingrediente clave de una investigación comunitaria eficaz son los métodos. Solemos utilizar y recomendar las encuestas como el método más manejable para la población local que se inicia en la investigación. Las encuestas pueden administrarse con bastante rapidez en un par de días, especialmente si hay pequeños equipos formados por dos o tres personas que se desplazan por la comunidad para hablar con la gente. Los resultados se acumulan con el tiempo y la gente puede empezar a analizar e interpretar los datos a medida que se recoge más información.

También son valiosos otros métodos, como las entrevistas semiestructuradas, los grupos focales y los estudios de caso. Estos métodos requieren más práctica y habilidades para su manejo, pero son importantes para un enfoque de métodos mixtos que reúna datos cualitativos y cuantitativos.

APLICANDO ENFOQUES BASADOS EN EL LUGAR PARA FORTALECER LOS SISTEMAS DE APOYO SOCIAL Y COMUNITARIO

APLICANDO ENFOQUES BASADOS EN EL LUGAR PARA FORTALECER LOS SISTEMAS DE APOYO SOCIAL Y COMUNITARIO

Como aliados estratégicos de Spring Impact, hemos tenido el placer de coordinar este año un estudio internacional sobre los enfoques basados en el lugar para el desarrollo de la primera infancia, con el apoyo de la Fundación Conrad N. Hilton. El término «basado en el lugar» era nuevo para nosotros, pero pronto quedó claro cómo esta forma de pensar y hacer sustenta gran parte de nuestro trabajo.

Los enfoques basados en el lugar desplazan la atención de la práctica del desarrollo de los proyectos y programas al lugar, es decir, a una zona geográfica subnacional concreta como un condado, un distrito o una municipalidad. La lógica que subyace a estos enfoques es que el bienestar está estrechamente ligado a la geografía y que la mejora de la situación de las personas que viven en ella requiere una acción adaptativa, receptiva y cooperativa por parte de un conjunto diverso de actores. En lugar de prescribir un conjunto concreto de actividades para abordar una necesidad o un problema social complejo, los enfoques basados en el lugar obligan a una amplia gama de personas de diferentes sectores y secciones de la comunidad a preguntarse: «¿Cómo podemos trabajar juntos para hacer de este un lugar mejor?».

Esta lógica vincula el impacto social a la acción motivada a nivel local. Si el bienestar está estrechamente ligado a la geografía, y la mejora de la situación de las personas que viven en ella requiere una acción adaptativa y receptiva, entonces nadie está mejor posicionado para impulsar esa acción que las personas más estrechamente connectadas a ese lugar. Mientras que muchos enfoques del desarrollo social y económico valoran la participación y el empoderamiento locales, los enfoques basados en el lugar enmarcan el liderazgo, la información y la toma de decisiones a nivel local como absolutamente cruciales para el éxito.

Esto coincide en gran medida con nuestra experiencia en entornos de desarrollo social. Por ejemplo:

Comunidades más fuertes para los niños

La iniciativa Comunidades más fuertes para los niños (Stronger Communities for Children), también conocida como SCfC por sus siglas en inglés, fortalece capacidades en las comunidades Aborígenes remotas con el fin de dar a los niños el mejor comienzo en la vida. Trabajando en estrecha colaboración con nuestros socios de Ninti One, y con la financiación del Gobierno Australiano, hemos querido garantizar que la población local tenga una verdadera voz en las decisiones tomadas sobre la prestación de servicios. En 2017, Community Works llevó a cabo una revisión de la literatura sobre Impacto Colectivo que informó el marco estratégico utilizado por Ninti One para diseñar e implementar SCfC. Desde entonces, Steve Fisher ha trabajado estrechamente con las comunidades locales para planificar, monitorear, evaluar y aprender de la iniciativa. Su guía para medir el cambio local puede consultarse aquí.  Escuche a los miembros de la junta comunitaria hablar de sus experiencias con SCfC aquí.

Ciudades Amigables con la Salud Mental 

Community Works ha apoyado la iniciativa Ciudades Amigables con la Salud Mental desde su creación como aliado clave de citiesRISE, una plataforma global dedicada a transformar la política y la práctica de la salud mental. La iniciativa está enfocada en los municipios urbanos como motivadores del cambio, lugares en los que la cooperación intersectorial para integrar medidas de mejora de la salud mental puede conducir a un cambio más amplio de los sistemas. Las Ciudades Amigables con la Salud Mental facilitan y aprovechan el liderazgo de los jóvenes para cambiar la narrativa en torno a la salud mental, mejorar el acceso a la ayuda, fomentar la cohesión social y crear entornos que favorezcan el bienestar. La acción coordinada a nivel local y el intercambio de conocimientos entre ciudades son factores cruciales para identificar soluciones probadas y acelerar su adopción.

Seguimiento a las actividades de subvención

En colaboración con Ninti One, Community Works ha estado haciendo seguimiento a un programa financiado por el gobierno para el desarrollo socioeconómico de las comunidades Aborígenes e Isleñas del Estrecho de Torres en toda Australia. Este seguimiento y revisiones están «basadas en el lugar» en el sentido de que los equipos de evaluación adoptan un enfoque holístico e intersectorial para comprender el impacto del programa en zonas remotas específicas, y determinar estrategias de mejora que se basen en los puntos fuertes locales y se dirijan a las necesidades y aspiraciones de la población local. Parte del papel de Community Works en este trabajo ha sido preparar reportes o ‘briefs’ informativos que dotan a los equipos de evaluación de una rica información contextual sobre cada lugar que visitan, incluyendo la historia local, la demografía, los datos de salud y educación, la cultura y temas de actualidad que deben tenerse en cuenta en el proceso de seguimiento y revisión.

En cada uno de los ejemplos anteriores, trabajamos con nuestros aliados para analizar en profundidad y de forma holística determinados lugares y su funcionamiento, con el fin de capacitar a la población local para impulsar programas y servicios que produzcan beneficios sociales para toda la población.

En Community Works, entendemos que unas comunidades fuertes, sanas y empoderadas son elementos básicos para el desarrollo. Según nuestra experiencia, los enfoques basados en el lugar son especialmente poderosos cuando se trabaja con las Primeras Naciones y otras comunidades cuyas identidades y sistemas de creencias están estrechamente ligados a la tierra. Desde este punto de vista cultural, el pensamiento basado en el lugar es muy intuitivo.

A medida que las agencias de desarrollo nacionales e internacionales y los organismos de financiación se interesan más por los enfoques basados en el lugar, vemos un gran potencial para mejorar la alineación de las iniciativas a gran escala con las agendas, los sistemas de valores y las formas de pensar locales. Invertir en un enfoque basado en el lugar significa apoyar las relaciones sólidas entre las personas que trabajan juntas para lograr un cambio social positivo. Significa fortalecer los flujos de información desde las comunidades hacia los proveedores de servicios y hacia los gobiernos, y viceversa. Significa confiar en las personas más vinculadas a un lugar para que motiven la toma de decisiones a nivel local, porque son las que están mejor posicionadas para dirigir el progreso hacia una visión compartida. Para las agencias nacionales e internacionales, significa desempeñar un papel de apoyo en lugar de liderar.

Por todas estas razones, Community Works considera que el pensamiento basado en el lugar es muy compatible con la autodeterminación y muy pragmático cuando se trata de lograr mejores resultados para las poblaciones desfavorecidas.  Esperamos contribuir a la nueva evidencia sobre estos enfoques y seguir trabajando con nuestros socios para apoyar las mejores prácticas.

Haga clic aquí para leer nuestro informe «Scaling up place-based strategies to strengthen community early childhood systems» (Escalando de las estrategias basadas en el lugar para fortalecer los sistemas comunitarios de la primera infancia)

Las Redes de El Chaco – medioambiente y desarrollo en Suramérica

Las Redes de El Chaco – medioambiente y desarrollo en Suramérica

Las Redes Chaco (pronunciado Red-es Chaco) es un grupo de personas y organizaciones interesado en el desarrollo sostenible de la Región de El Gran Chaco de Suramérica, un área extensiva de tierras bajas semi-áridas que hace parte del territorio de Argentina, Bolivia, Paraguay y Brazil.

Ivan Arnold of Nativa addressing the Redes Chaco Meeting in February 2015

Recientemente participé en la reunión regional de Redes Chaco llevada a cabo en Embarcación, Argentina, cerca al borde con Bolivia. Más información sobre la organización puede verse aquí: www.redeschaco.org. Fui invitado a reunirme con Ivan Arnold de Nativa, una organización boliviana que será tema para otro blog. Después pasé algún tiempo visitando Nativa y entendiendo sus programas, con vista a que Community Works pueda asistir o trabajar con ellos de alguna manera.

The home of a Chaqueña family participating in a Nativa project to reduce pressure on forest resources

Al pensar El Chaco desde una perspectiva Australiana, esta región tiene mucho en común con la región del Kimberly en Australia Occidental. La calidad y disponibilidad del agua es un reto, al igual que el cambio climático estacional (especialmente durante la época de lluvias) puede presentar dificultades de acceso e infraestructura, mientras que un patrón de asentamientos dispersos resulta en complejidades acerca del acceso a servicios y desarrollo económico. Temas de interés para Redes Chaco incluyen agua, vulnerabilidad de cambio climático, desarrollo empresarial y manejo de recursos naturales. La presencia de numerosa población indígena y organizaciones en la región hacen que la dinámica social y cultural sea única a la región.

Redes Chaco recientemente lanzó un fondo para apoyar proyectos de desarrollo sostenible. Community Works mantendrá su interés en el trabajo de la organización y cualquier oportunidad que permita establecer conexiones positivas con Australia y otros lugares.